Recibimos un correo de un cliente con una queja de un trato irrespetuoso por parte de una dependiente de un restaurante, le haremos llegar el mismo a la administración del lugar para que procedan según consideren oportuno.
Dice así:
“He recibido un trato bastante brusco y descortés por parte de la Srta. Raquel (suprimimos el apellido) del negocio de comida rápida que acostumbro a visitar (suprimimos el nombre) en el mall San Pedro a la hora de mi almuerzo.
El día de hoy fue el extremo cuando la señorita me ignoró en varias ocasiones, ya que cuando me disponía a ordenarle mi comida, le pregunté si el refresco gaseoso estaba bien -ya que anteriormente había estado muy dulce y sin gas-, ella reaccionó como si no me hubiera oído, a lo que insistí en mi pregunta, y nuevamente me ignoró.
Posteriormente me entregó un vaso y me digo “aquí no hacemos refills”, -cosa que yo sé y no era mi pregunta-. Le volví a insistir e incluso le mencioné que por qué me entregaba un vaso si yo no había ordenado aun un refresco pues esperaba su respuesta de si las bebidas ya estaban bien, a lo que hizo un gesto de “yo no sé” -levantó los hombros- y empezó a hablar de otro asunto con otra dependiente.
Creo que yo que soy cliente regular y aunque no lo fuera, no me merezco ese trato y cabe señalar que la misma señorita en otros momentos igualmente me ha tratado mal, por ejemplo, al intentar hacer valer cupones de promociones que la misma cadena a entregado.
A diferencia, la dependiente de la mañana, la Srta. Natalia (suprimimos el apellido), me brinda un trato muy agradable y educado, ojalá el resto del personal pudiera tomarla de ejemplo.”